"(...) por eso viviría mi juventud y su dolor una y otra vez."
un final de la adolescencia depresivo y sus consecuencias: mis inspiraciones.
Recuerdo que estaba llorando. Había perdido mucho por esos tiempos (o mucho en términos de lo que yo misma hasta ese momento había perdido); un novio, un perro, mi alegría. Había perdido, también, grandes pedazos de mi memoria. Aún hoy, hablando de situaciones en esa época de mi vida no puedo recordarlas - como si hubiera estado tan nublada que en los recuerdos también son eso: una habitación sumida en niebla.- Recuerdo que ya me era indistinto llorar; moneda corriente. No se trataba de una emoción en particular, sino que toda emoción era canalizada allí.
Pero estaba triste, esa vez.
Volvía del colegio y dos chicos iban caminando adelante mío. Yo trataba de frenar mis lagrimas - no me gusta llorar en publico - y evitar que me vieran, pero mi propia visión se veía atraída hacia ese par. Uno era pelirrojo, con el pelo hasta la cintura, suelto. Otro morocho de pelo corto, con un buzo rojo atado a la cintura. Veía solo sus espaldas, sus pasos. No veía sus caras, ni sus expresiones, ni oía sus palabras.
No lo saben, y nunca lo sabrán: no los conozco y si por esas casualidades de la vida alguna vez me los cruzo, no creo que los reconocería, pero salvaron, en cierta medida, a mi alegría.
Había otras condiciones que se dieron para su regreso; dejar de tomar las pastillas anticonceptivas, la vuelta de mis gustos personales, el querido tiempo. Pero esa imagen: dos niños, adolescentes casi, tan pintorescos, tan sacados de una ficción: me devolvieron la inspiración.
Saque mi celular, en ese momento, y los describí en mis notas. Más tarde iba a perder ese celular pero no perdí la imagen. En cada celular nuevo que tuve, su imagen volvió a mi pequeña pagina de notas donde guardo las inspiraciones. Aquí la primer pagina de mi ultimo celular:
A veces, - hoy, con mi felicidad intacta -, mis inspiraciones son imágenes. A veces son anécdotas. A veces frases, comentarios. A veces personas. Pero siempre siempre vuelvo a mis dos chicos vestidos en compose con la alegría.
Desde ese día, esa pequeña pagina de inspiraciones me ayuda a escribir. Me ayuda a ser. Me recuerda quien soy (en que me inspiro es gran parte de quien soy) en momentos donde me preocupa no saberlo -porque hay momentos en donde le doy la bienvenida al no saber quien soy-.
Años más tarde, en otro celular, en otra pagina de notas, escribo:
“las veces que aparecí en fotos de extraños.”
Una amiga tiene el habito de levantar cosas del piso. Camina mucho y siempre encuentra algo. Ya paso un par de veces que encontró imágenes de otros: fotos quemadas, cortadas. Negativos. Fotos de extraños que ahora le pertenecen a ella. Otra amiga me muestra una imagen que encontró de una familia - una foto vieja - y deducimos los parentescos de esa gente. Yo pienso en cuantas veces algún extraño se habrá topado conmigo y le habré llamado la atención. Tal vez le recordé a alguien, tal vez le gusto la forma en que me visto (me acuerdo mi primer clase de la facultad y el comentario por lo bajo de una compañera hacia otra diciendo que le gustaba como estaba vestida), tal vez se imagino una vida como yo hago con otros.
En Italia me compro una tarjeta postal.
No entiendo muy bien que dice. Le desea un feliz cumpleaños, unas felices vacaciones. Le desea muchos cumpleaños más. Le da pena que no haya podido ir a visitarlos. No me importa no entender más que eso: me emociona tener un pedazo de historia en mis manos. Un pedazo de la historia de un otro.
Hace mucho no lloro como ese año: a veces lo extraño. Sentir tanto que parece que voy a explotar. Sentir por demás- más más más. En mis notas del celular también escribo, hace un tiempo:
"Voy dejando mi letra en cuadernos. voy dejando poemas, firmas, a veces dibujos. es que me quiero saber viva - quiero saber que existo. quiero dejar mis retazos en las vidas de otros quiero dejar mi existencia pactada. que alguien me sepa, me entienda, me quiera. quiero dejarme en este mundo - quiero conocerlo. quiero asombrarme con las nimiedades, llorar y bailar al mismo tiempo, quiero alejarme de mi tierra y extrañar y soñar y cantar y conocer. quiero escribir, mas que nada, en otros cuadernos. ayer escribí en uno: “al fin. al fin me quiero saber viva.” "
Ese día, el de mis chicos, venía atrás de ellos. Y de repente, frenaron. Entraban a una casa y yo seguí caminando. Les pase cerca- me acuerdo de sentirme nerviosa, como si los conociera y no quisiera saludarlos-. Me acuerdo que uno se giro a mirarme. Me acuerdo pensar, en tiempos donde no me acuerdo ni que pensaba, en que ese chico me había mirado.
Ahora, recalculo: no me emocionaba el hecho que me mire, me emocionaba - así como escribí en ese poema años mas tarde - el saberme existente en está tierra. Saber que me veían, que me escuchaban, que estaba viva.
Mis inspiraciones varían, hoy día.
Por un lado, tengo frases a medio completar que en algún momento intentaré seguir. Pero por el otro, tengo imágenes. Una dice: un nene (12,13) en la puerta de un supermercado, mirando para arriba asombrado.
Me gusta pensar la niñez como un estado que trasciende lo físico. Me gusta sentirme niña y asombrada. Me derrito aniñada en un cuaderno, escribí una vez. Me gusta observar niños asombrados y curiosos del mundo que los rodea. Me gusta pensarlos. Una vez fui una niña asombrada por el mundo. Y una vez fui una niña que había perdido el asombro.
No quisiera jamás volver a perderlo. Me aferro a el, mi compadre, con garras filosas.
Ahora me asombro de todo:
películas, canciones, frases, olores, comidas, personas, clases, zapatos, polleras, colores, amores, personajes, noticias, anécdotas, datos, autores, amistades, temperaturas, hazañas, ciencia, arte, religión, funerales, cementerios, primaveras.
Quiero que el mundo me siga asombrando. Y cuando sienta que ya no me asombre, quiero que el mundo me mande dos extraños pintorescos. Dos extraños que estén en compose con la emoción que me este faltando. Un par de extraños vivos existentes en esta tierra que me recuerden que estoy viva que respiro que amo y que creo. Que creo.
Y quiero ser, también, una extraña que devuelva el asombro. Quiero devolverle al universo lo que me dio: quiero dar ganas de asombrarse.
Un poema de Khalil Gibran, escritor libanes, termina así:
En mi juventud estaba verdaderamente triste, y todo parecia oscuro y distante.
Hoy, todo es radiante y cercano, y por eso viviría mi juventud y su dolor una y otra vez.
Me queda mucho dolor por recorrer. También me queda mucho asombro.
Ojala convivan.
Algo que escribí y algo que escribió otro:
Me abruma la inmensidad del mundo. Que no me alcance la vida. Quiero ser poeta. Escritora. Quiero hacer cine, quiero ser periodista y entrevistar a una comunidad de mujeres en la India, quiero trabajar en un Hostel en Colombia y que me hablen en idiomas que no conozco quiero comunicarme con señas. Quiero ser azafata, quiero vivir seis meses en un barco a la par del mar y sus tormentas, quiero ser biologa y entender todo desde su raiz, quiero ser abogada, quiero ser escribana y que firmen sus dichas en mis papeles, quiero que me psicoanalicen quiero que lean mi carta astral quiero que me digan que significa ser dragón en el horóscopo chino. Pero hoy es domingo y el mundo es sencillo. Me tomo un té bajo el sol de la mañana y me lees el diario. Sé en qué palabras vas a alzar la voz, puedo reconocer cuando tomas aire, cuando te cansaste. Mi té es de frutilla y este pedazo de mundo me pertenece.
Al lector Denise Levertov Mientras lees, un oso polar placidamente orina y tiñe la nieve de azafran mientras lees, algunos dioses se acuestan entre hiedras; sus ojos de obsidiana estan mirando las generaciones de hojas mientras lees, el mar esta pasando sus paginas oscuras, pasando sus paginas oscuras.
Mi recomendación del día de hoy es sencilla.
Nadie sabe hacer llorar y amar la vida como Eduardo Galeano. Es tambien quien me acompaño toda la vida, fiel en mi biblioteca.
Es probable que muchos ya lo hayan leido. Si no lo hicieron: no se qué esperan.
Nos vemos la proxima.
Gracias.
Emilia.
Me vuelve loca como escribís. Tenes algún poemario preferido o alguno que recomiendes?
De Galeano me quedo con aquello de "... al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre, es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo." A cada uno nos lleva a donde alguna vez estuvimos. Esa es la magia, asi se viaja por la vida, así se añoran los tiempos o se agradece haberlos pasado.